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Hay días en que uno no debería levantarse

Está claro que ayer NO fue mi día. Me costó un triunfo levantarme tras una angustiosa (he vuelto a las pesadillas, maldita sea mi estampa) y rara rara rara noche (me acosté con el pelo suelto y me levanté con una coleta perfectamente hecha, y ni siquiera tenía la goma del pelo a mano. A mí que me lo expliquen) Nada más llegar a la ofi medio grogui, me llama una jefa, trabajo urgente, con lo cual comí una medianoche de tortilla y 2 crackers a las 15.15. El programa que no va bien (qué raro) La tarde, más en otro mundo que en éste. Voy a cambiar el móvil atravesando Sol (y os recuerdo qué época del año es) y cuando consigo que me atiendan (al menos el chico era amable, no tuve que estrangularle con el cable) me dicen que sólo puedo cambiarlo en la tienda en que lo compré por el rollo de los puntos. Joder, menos mal que mi tía vive por el Campo de las Naciones y no en la casa de Albacete! Después de varias llamadas y ver imposible el traslado a tiempo hasta el Hipercor, me voy a casa. Al menos me encuentro a unas amigas de la sierra y voy charlando, porque cómo está Princesa! Llego a casa. Afortunadamente mi madre está como una regadera y se ofrece llevarme a la tienda. 21.15 de la noche, y saliendo de casa. Ole. Bueno, pues llegamos a tiempo. Cola. Me toca a mí, y va la tía y me dice que el problema está en mi tarjeta, q es muy antigua y de poca capacidad. Pues mi pokémon bien que funcionaba con mis 32K, no te fastidia! Casi no me quiere cambiar el teléfono. Yo insisto y como hay gente esperando al final cede. 4 horas para hacer el cambio de los puntos, pero por fin tengo uno nuevo. Y si no funciona me corto las venas con la tarjeta de 32K!!!!!!!!

Bueno, hoy al menos está siendo más tanquilo. Pero aún queda día por delante...

Sean ustedes buenos. Agur.

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