Otra noche
(Silencio en Sonora, Imperio Pop, 13-07-05)
Como viene siendo habitual en el mundillo, el concierto comenzó tarde ;) Está bien un pequeño tramo de rigor para departir con el público y atraer al local a los curiosos e indecisos que siempre pululan por esos lares, ¡pero ojo que tampoco hay que pasarse!
Alcanzando las 12:05 empezaron a sonar las notas de calentamiento, un brevísimo estiramiento de músculos para que el público entre en materia y se centre en el escenario, y no en el whisky con coca-cola. De nuevo abrieron con La mano del hombre, un comienzo al que empiezo a acostumbrarme y que sin duda es acertado. Ni demasiado suave ni demasiado rápido. Al punto. Y ahora que todo el local nos hace caso, pasemos a exhibir nuestra estupenda maqueta (¡y van 400 copias vendidas!). Vamos con Mar de hielo. El hecho de que su producción sea la mejor del CD no le resta méritos cuando se interpreta en directo, y estos chicos lo demuestran en cada actuación. Seguimos con una de las favoritas de varios presentes anoche (me incluyo), Sólo cuando duermas. Sigue sonando impresionante en directo, y es que cuando un tema es bueno, es bueno, y se acabó.
Las circunstancias del concierto en cierto modo lo exigían, así que se procedió a desmigar versiones de grandes de aquí (y alguno de allí): Radio Futura se marcó No tocarte (podría devorarteeee...) y Enrique Urquijo aguzó el oído desde ahí arriba (o abajo) al escuchar su Buena chica. Es en estos momentos cuando uno se da cuenta de cómo pasa el tiempo y piensa dónde quedaron los grandiosos 80...
Pero sigamos con lo nuestro. La vida gira, hagan juego, señores, aunque ya sabemos que ¡la banca siempre gana! (y tanto), pero bueno, yo sigo llenando mis días de vida, y no al revés, y por eso estoy aquí hoy, ¿no? Los Días que pasan, y a mí que no se me va ese estribillo de la cabeza...
El Pistolero de los Pistones abrió de nuevo el hueco de los homenajes, que llegó a un punto clave cuando se llevaron al público viajero A San Fernando, todo un clásico en el repertorio del grupo. Y que lo siga siendo por mucho tiempo, porque es uno de los momentos de mayor energía en sus conciertos, tanto encima como delante del escenario.
Tiramos para casa de nuevo, que hay mucho y bueno. Ahora le toca el turno a una balada (pero menos), Una noche, que comienza lenta, pero va subiendo poco a poco para, después de un pequeño silencio, culminar con una explosión de fuerza que te deja el ánimo otra vez arriba para lo que viene después, esa bienvenida a la Ciudad Nunca Jamás del caos, las prisas y el estrés, pero que se lleva mucho mejor cuando hay una buena banda sonora de fondo.
Nos vamos acercando al final (¿os habéis fijado cuántas veces se dice eso a lo largo de un concierto?) y qué mejor que emular a Sabina. "Y sin embargo", qué raro se me hace escuchar ese tema en una voz tan cristalina, y no en la nebulosa del señor Joaquín... Pero no nos durmamos en los laureles porque el Ángel de Amor ha llegado como Maná desde México lindo para que la marcha no decaiga a pesar de la hora. Una de las versiones que, para mi gusto, mejor les quedan.
Y vamos cerrando el chiringo, que mañana algunos tenemos que madrugar, así que no perdamos el tiempo y acabemos con otra que también parece tener su sitio ya ubicado: Tiempo perdido. Pero todos sabemos que no se van a ir así, porque somos muy exigentes y no dejamos que se vayan sin escuchar más, así que después de unos cuantos gritos, aparecen de nuevo por la puerta para deleitarnos con un último par de temas, porque el público siempre pide Más más más, y el cliente siempre tiene la razón. O si no montamos una "Insurrección", cantamos, botamos, y con el alma y los oídos rebosantes de buena música, todos pa casa... (¿??)
(¡¡No, hombre, no!! ¿¿Cómo va a ser todo de color de rosa??¿¿Dónde estaría la gracia si no?? Micrófonos que se despiezan, ritmos que se cuelan, bajos rebeldes, una nota que se va de bares, unos cuantos enanos correteando por el escenario... ¡¡La sal de la vida!!)
Y desde este humilde papel, y para despedirme, dar las gracias al grupo por otra noche completita, a los asistentes por su presencia un miércoles sobrepasando (y mucho) la media noche, y una mención especial para Samuel, el técnico de sonido del Imperio Pop, por su buen hacer y por un trato inmejorable. Gracias a todos.
Como viene siendo habitual en el mundillo, el concierto comenzó tarde ;) Está bien un pequeño tramo de rigor para departir con el público y atraer al local a los curiosos e indecisos que siempre pululan por esos lares, ¡pero ojo que tampoco hay que pasarse!
Alcanzando las 12:05 empezaron a sonar las notas de calentamiento, un brevísimo estiramiento de músculos para que el público entre en materia y se centre en el escenario, y no en el whisky con coca-cola. De nuevo abrieron con La mano del hombre, un comienzo al que empiezo a acostumbrarme y que sin duda es acertado. Ni demasiado suave ni demasiado rápido. Al punto. Y ahora que todo el local nos hace caso, pasemos a exhibir nuestra estupenda maqueta (¡y van 400 copias vendidas!). Vamos con Mar de hielo. El hecho de que su producción sea la mejor del CD no le resta méritos cuando se interpreta en directo, y estos chicos lo demuestran en cada actuación. Seguimos con una de las favoritas de varios presentes anoche (me incluyo), Sólo cuando duermas. Sigue sonando impresionante en directo, y es que cuando un tema es bueno, es bueno, y se acabó.
Las circunstancias del concierto en cierto modo lo exigían, así que se procedió a desmigar versiones de grandes de aquí (y alguno de allí): Radio Futura se marcó No tocarte (podría devorarteeee...) y Enrique Urquijo aguzó el oído desde ahí arriba (o abajo) al escuchar su Buena chica. Es en estos momentos cuando uno se da cuenta de cómo pasa el tiempo y piensa dónde quedaron los grandiosos 80...
Pero sigamos con lo nuestro. La vida gira, hagan juego, señores, aunque ya sabemos que ¡la banca siempre gana! (y tanto), pero bueno, yo sigo llenando mis días de vida, y no al revés, y por eso estoy aquí hoy, ¿no? Los Días que pasan, y a mí que no se me va ese estribillo de la cabeza...
El Pistolero de los Pistones abrió de nuevo el hueco de los homenajes, que llegó a un punto clave cuando se llevaron al público viajero A San Fernando, todo un clásico en el repertorio del grupo. Y que lo siga siendo por mucho tiempo, porque es uno de los momentos de mayor energía en sus conciertos, tanto encima como delante del escenario.
Tiramos para casa de nuevo, que hay mucho y bueno. Ahora le toca el turno a una balada (pero menos), Una noche, que comienza lenta, pero va subiendo poco a poco para, después de un pequeño silencio, culminar con una explosión de fuerza que te deja el ánimo otra vez arriba para lo que viene después, esa bienvenida a la Ciudad Nunca Jamás del caos, las prisas y el estrés, pero que se lleva mucho mejor cuando hay una buena banda sonora de fondo.
Nos vamos acercando al final (¿os habéis fijado cuántas veces se dice eso a lo largo de un concierto?) y qué mejor que emular a Sabina. "Y sin embargo", qué raro se me hace escuchar ese tema en una voz tan cristalina, y no en la nebulosa del señor Joaquín... Pero no nos durmamos en los laureles porque el Ángel de Amor ha llegado como Maná desde México lindo para que la marcha no decaiga a pesar de la hora. Una de las versiones que, para mi gusto, mejor les quedan.
Y vamos cerrando el chiringo, que mañana algunos tenemos que madrugar, así que no perdamos el tiempo y acabemos con otra que también parece tener su sitio ya ubicado: Tiempo perdido. Pero todos sabemos que no se van a ir así, porque somos muy exigentes y no dejamos que se vayan sin escuchar más, así que después de unos cuantos gritos, aparecen de nuevo por la puerta para deleitarnos con un último par de temas, porque el público siempre pide Más más más, y el cliente siempre tiene la razón. O si no montamos una "Insurrección", cantamos, botamos, y con el alma y los oídos rebosantes de buena música, todos pa casa... (¿??)
(¡¡No, hombre, no!! ¿¿Cómo va a ser todo de color de rosa??¿¿Dónde estaría la gracia si no?? Micrófonos que se despiezan, ritmos que se cuelan, bajos rebeldes, una nota que se va de bares, unos cuantos enanos correteando por el escenario... ¡¡La sal de la vida!!)
Y desde este humilde papel, y para despedirme, dar las gracias al grupo por otra noche completita, a los asistentes por su presencia un miércoles sobrepasando (y mucho) la media noche, y una mención especial para Samuel, el técnico de sonido del Imperio Pop, por su buen hacer y por un trato inmejorable. Gracias a todos.
0 comentarios