Viajando
En todo largo periplo hay un momento en que percibes que el viaje ha comenzado de veras, y no suele suceder al principio, sino cuando sientes que tu alma ha escapado definitivamente a la rutina, que ha huido de los hábitos de la vida cotidiana, de tu patria, en suma. Da lo mismo entonces el rumbo de tu marcha y el puerto al que te diriges. Disfrutas la alegría de la intensidad del presente y todo te emociona: los rostros desconocidos de los otros viajeros, algunos de los cuales ya te van siendo familiares; la visión de paisajes no imaginados; el golpe del viento que te revuelve el cabello; el olor del mar. Y piensas entonces que la sensación de eternidad se halla más próxima del movimiento que de la inmobilidad, del viaje que del hogar, mientras la Tierra parece mecerte en su regazo amable
(Corazón de Ulises Javier Reverte)
(Corazón de Ulises Javier Reverte)
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