Blogia
Pie de Página

Diario del caminante

-FIN-

-FIN-

No soy capaz de explicar lo de este fin de semana, así que me limitaré a dar por clausurada esta primera edición del

Diario del caminante

Espero que les haya gustado y confío en verles en próximas entregas. Quién sabe cuántos caminos más nos aguardan...

Un placer.

Buenas tardes... y hasta siempre.

 

"Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar"

(Cantares, Antonio Machado)

 

Va por ti, "gacelilla". Un penique.

"Y si no nos vemos, que sea porque no hay luz."

Ahí va un "intensivo"

Ahí va un "intensivo"

A las buenas tardes!

Vaya vaya, llevamos unos días sin escribir, eh? Pues nada, habrá que ir resumiendo que si no luego se junta todo...

Pues este fin de semana ha sido tranquilito. El viernes salí de la ofi como a las 20:15 y me puse a andar, para dar una vuelta y estirar las piernas, básicamente... Cuando me quise dar cuenta estaba en mi casa... Según me ha dicho el experto ;) son unos 10 km. Pues ni los noté, la verdad. Con una breve parada técnica a por agua y una chocolatina, y a seguir paseando con mi musiquita a cuestas. Y luego dicen algunos que no vivo cerca del centro!;P

El sábado hice poco, pero acabé cenando en "el fuerte" con 2 amigas, rememorando viejos tiempos con el libro de arte de COU, y pasando un rato agradable. El domingo ya paré menos. Ir “de reportera” al golf, echarnos unas risas, ir a ver a mi abuela, y por la tarde, merienda jocosa y delirante con mis amigas, que ya tocaba! Y volver a casa dando un paseo, claro...

Pero como mi finde es poco interesante para vosotros, pues os dejo con algo que sé que os gusta más, como es la sesión cuasi-diaria del

Diario del caminante: días 7 a 10
Sábado 17-martes 20 de junio: el sábado tuvimos una etapa muy dura. Venga arriba, abajo, arriba, abajo, izquierda derecha... un jaleo! Y encima llueve! Menos mal que el Bierzo es tan bonito... Uy, me pareció cruzarme con un cabritillo! ;) Pero al menos conseguimos llegar a Villafranca. Lástima que el albergue, aunque con mucha "solera", sea un poco cutrillo... esos baños, por dios!! El domingo salimos para Vega de Valcárcel. La tendinitis que amenaza mi supuesto pie sano molesta, pero no impide que hagamos la ruta a buen paso, y disfrutemos de este pueblo tan bonito. En la foto, al fondo, podéis ver (con lupa de Sherlock Holmes) unas ruinas preciosas en lo alto de la montaña. Por la noche, nos obsequian con una queimada que, junto con las sinfonías ronquiles de nuestros compañeros de cuarto, nos dejan a los emperadores y a mí unos momentos pre-sueño bastante surrealistas. Ah! Hoy hemos conocido a un tipo que se está haciendo todo el Camino con su perro, un precioso labrador negro. Con semejante entorno, empezamos a sentirnos como Heidi, con Niebla y todo... jaja. Pero ahora durmamos que la etapa de mañana se las trae...
Es lunes, y yo creí que lo de los lunes duros era sólo por tener que ir a trabajar. Pues no, un lunes en el que te toca hacer la subida a O Cebreiro también puede ser duro. Más que subirse al Crucero de Santo Torivio, sí. Aún así, llegamos pronto, pero con uno de los emperadores lesionado. Yo voy matao, pero bien. Nada que un buen desayuno no pueda solucionar! Mira que me gusta a mí este pueblo, eh? Me quiero quedar.... qué ilusión me hace dormir aquí. Pero mis compañeros deciden aprovechar el tiempo ganado y seguir andando. Qué hago??? Jo, qué hago??? Yo me quiero quedar. Pero podríamos avanzar y ganar etapas. Pero yo me quiero quedar... Vale, seguimos adelante (pero si yo me quiero quedar!!! por qué avanzo???) Así que con mi rabieta de niño de 26 años sigo hasta Hospital da Condesa, donde no hay nada. Bueno, mucho "sobrao" de la vida, pero poco más. En serio, hay tanto chuleta suelto por el campo, a sus anchas... En fin, que vamos a reesructurarnos el camino con ayuda de nuestro “contacto" de la CIA, el GPS madrileño.
Ya es martes, y como somos así de brutos, decidimos hacer la etapa más larga y llegar (bueno, mis cosas han llegado, pero yo no sé si me dejé el aliento en Triacastela o por algún punto intermedio) hasta Samos. Una etapa totalmente rompepiernas, oiga, venga a subir y bajar, como las persianas... ufff... Éso sí, puedo decir sin temor a equivocarme que es la etapa más bonita del Camino, una auténtica maravilla! Qué montaña! Y al llegar, nos recibe la preciosa abadía benedictina con sus 2 claustros (2!)

Pero mañana que nadie me venga con tonterías: me voy hasta Sarriá como estaba planeado, que no está mi tensor como para muchas machadas más. Bueno claro, que con esta nueva sintonía con la naturaleza que me ha entrado, a lo mejor me da por ir más lejos... Si el caso es marear...

En fin, espero haberlo resumido todo más o menos. Sé que no ha sido muy ameno, pero 4 días así del tirón, pues no dejan líneas para mucha floritura retórica. 

Me voy a descansar, que falta me hace.

A las güenas noches, y hasta mañana.

No tengo fuerzas ni para pensar un título...

No tengo fuerzas ni para pensar un título...

Hoy no pensaba escribir porque quería irme ya, pero creo que me debo a mis "fans", y sobre todo a los que confían en mí para que la gente sepa que siguen vivos un día más ;)

Por una parte está la partida de Marco. Después de 3 días "conviviendo" en la oficina, tenerle sentado en la mesa de al lado y verle cada minuto, pues como que una se acostumbra (a las cosas malas nunca, a las buenas en seguida!) y da penita verle marchar. Ya no podremos seguir elaborando planes para nuestro proyecto de relax y buen rollo en el sur de Italia... Seguirá en la ciudad hasta el domingo, pero conociéndole, y estando de guía de su amigo inglés, creo que lo más probable es que al final no nos veamos. Ya ha pasado otras veces. Pero espero estar equivocándome....

Y bueno, que estoy cansada y aún tengo que dar vueltas y hacer recados antes de poder meterme en casa a sentarme en el sillón, así que os dejo ya, no sin antes deleitaros con vuestra dosis diaria del

Diario del caminante: Día 5

Jueves 15 de junio: hoy no ha llovido. Ya es algo... Mi espalda se ha recuperado durante la noche, al igual que mi ampolla, que empieza a tener mucho mejor aspecto. Para compensar las buenas noticias, me ha tocado "chuparme" una bajada de 17 km colosal. Al menos ha servido para algo: para que mis piernas se me empiecen a poner como las de Raúl (esta vez sí el del fútbol), que voy a volver a Madrid hecho un pimpollo (lástima que adelgazar, lo que se dice adelgazar, como que poco... más bien efecto inverso...). También he decubierto que sé hablar en arameo. Al menos maldecir en dicho idioma se me da de perlas... Lo que he podido soltar por la boca!!!  (&"·$(% bajada de los ·/$)·QHAUH!!!!!!!!!! No me ha caído ningún rayo vengativo, así que deduzco que aún puedo explayarme antes de pasar el límite y que mis compañeros de ruta me expulsen de la ídem. Al menos el ·$()Q·TUA esfuerzo ha merecido la pena: he llegado hasta El Acebo, un pueblo de montaña precioso, encantador, y como sacado de un libro con sus casitas de piedra y su nada. Porque no hay nada... Pero al menos está refrescando... mmm creo que voy a sacar el polar...

Y mañana, a bajar los 6 km que me faltan... es que este monte no se va a acabar nunca??? Juro por la "florecilla silvestre" que no vuelvo a subirlo!!! ;)

Buenas noches.... y hasta mañana!

(No, hoy no hay foto que me tengo que marchar ya)

(Bueeeeeno, vaaaaale, pongo la foto hoy....)

 

Recibiendo visita del más allá (por partida doble)

Recibiendo visita del más allá (por partida doble)

Jaaaaaarrrrllll.... pero qué sorpresa máh grandeeeeeee!!!!!!!! Qué honor, qué alegría, qué alboroto.....

 

Por otro lado, ya está aquí Marco, il mio caro italiano dell'ufficio da Londra. Jo, qué ilusión... snif (nadie se ponga celoso que es sólo un amigo... guapo, sí, mucho... y encantador, sí, mucho... pero sólo un amigo ;) 

 

En fin, que aquí os dejo la entrega de hoy del

 

Diario del caminante: Día 3.

Martes 13 de junio (anda, no me había dado cuenta hasta que lo he escrito!)

Por fin hemos llegado a Astorga sin perder a nadie por el camino, aunque se nos ha añadido un compañero nuevo: mi conato de ampolla. Le cuidaré muy mucho para que no desemboque en tragedia.

A 4km de aquí hemos hecho una paradita para hacernos una foto que poder enviar a familiares y amigos. Ahí estoy yo (como para no verme! ;) y en segundo plano, mi mochila que os saluda con la esterilla en alto, y detrás de ella, la cruz del Crucero de Santo Torivio, tan alegre y lozana.


Anda! Voy a dar una sorpresita al personal saludando a través de las ondas cibernéticas....

 

(PD: Por suerte anoche dormí mejor. Creo que mis ritmos estos del circo empiezan a acostumbrarse al nuevo horario, que por otra parte tampoco difiere tanto del habitual, la verdad...)

 


Buenas noches, y hasta mañana.

Joder cómo el perro va!

Joder cómo el perro va!

... o la frase del fin de semana ;P 
Dedicatoria especial, aunque sea con mucho adelanto (o retraso? Esto de la línea temporal es un lío...) Mucha suerte y mucho cuidadín. Te echaré de menos...

En fin, que con esto comenzamos lo que denominaremos el

Diario del caminante: Días 1 y 2.

Lunes 12 de junio: mi mochila nueva, mis nervios, mi sueño y yo llegamos ayer a León. Para hacer más leve la 1ª etapa (y para ir quitando "hierro" al asunto, todo sea dicho), marchamos para La Virgen del Camino, a unos 6 km. Después de encontrar un chulísimo hostal asequible (aunque no el más barato... sólo era el 2º más barato ;) y comer como Dios manda hasta no sabemos cuándo, nos dispusimos a dormir... aunque no pudimos. Cosas de los nervios, ya se sabe.
Eso no impidió que hoy, a las 6:45 am, mi mochila, los nervios que quedaban, mi sueño acrecentado y yo, nos pusiéramos en marcha. Con 20 km "de nada" por delante de nosotros, mucho tráfico por la carretera, el camino seco... espera, ¿seco? Eso que cae de arriba parecen gotas de lluvia, no? Coooo**, corre!!! Pues nada, que tocó mojarse un poco, pero son gajes del oficio... como los pies agotados y los gusanos verdes y amarillos entre la ropa, lo normal... Que tampoco es tan asqueroso, hombre!! Sólo un pequeño bichito invertebrado que necesitaba transporte hasta San Martín del Camino. A su paso hubiera tardado días. Subido en Clase Preferente a bordo de tu camiseta le costó menos de 5 horitas... Fíjate, para él era como ir en la proa de una lancha motora, melena al viento... y al llegar, un bañito. No viste la sonrisa de felicidad que tenía?

En fin, que buenas noches... y hasta mañana.